viernes, 20 de diciembre de 2013

APRENDIZAJE SENSORIAL

APRENDIZAJE SENSORIAL

Todos los niños nacen con la capacidad de organizar la información que captan a través de sus sentidos y la transforman en experiencias que determinan su relación con el mundo inmediato, pero en algunos casos hay disfunciones en el proceso de integración sensorial: las palabras y las ideas son insuficientes para que el cerebro organice eficazmente los estímulos que percibe; sólo mediante la aplicación de terapias ocupacionales o físicas y con la comprensión de los padres, el niño tendrá la posibilidad de corregir estos problemas y llevar una vida normal.

Los sentidos son la base del aprendizaje y nosotros como docentes debemos conocer el sistema sensorial y sus principales implicaciones en el desarrollo global del niño.

A fin de comprender las capacidades y limitaciones sensorio-perceptivas de los niños, es imprescindible abordar someramente el proceso por el cual todos los niños experimentan e interactúan con el mundo.


¿CÓMO INFLUYE EL SISTEMA SENSORIAL EN EL APRENDIZAJE ESCOLAR?

Un niño hipervisual no soporta la luz brillante del sol. Incluso la luz fluorescente de la clase reflejada en el papel blanco puede ser un problema, por lo que levanta la vista para eliminar el esfuerzo visual que está haciendo y se distrae con facilidad.
El que un niño se golpee, se pegue con sus compañeros y hasta le guste o intente provocar que el adulto le pegue puede ser causado por una alteración de la sensibilidad del tacto. Un niño hipotáctil es aquel niño que no conseguimos ver quieto ni un solo instante. Necesita estar en constante movimiento. Necesita notar presión en su piel porque le falta estímulo y por eso se autoestimula moviendo su cuerpo y rozándolo contra la silla y la mesa de trabajo. Es brusco con otros niños y puede ser muy resistente al dolor.
Estos son sólo algunos de los ejemplos de anomalías sensoriales que pueden observarse en el cuadro de un niño con problemas de aprendizaje. Muy a menudo no se analizan dichos síntomas de forma correcta y se termina catalogando al niño como nervioso, perezoso, distraído, hiperactivo o agresivo y a menudo se pasan por alto las anomalías sensoriales. Lo importante es darse cuenta que estos problemas no son en sí la causa del fracaso escolar, sino el "síntoma" de un desorden neurológico-funcional.
Puesto que los sentidos son los trasmisores de la información recibida del entorno y dirigida al cerebro, es lógico dar por sentado que una información correcta transmitida a través de un canal sensorial distorsionado quedará registrada en el cerebro de forma inadecuada y por tanto será mal interpretada.
Aproximadamente del 15% al 20% de niños con problemas de aprendizaje tienen en realidad problemas sensoriales y no de desarrollo. Estas distorsiones, una vez diagnosticadas, son tratables y cuanto antes mejor.
            La comprensión por parte de los padres es muy importante. Saber qué es una disfunción sensorial y por qué su hijo se comporta como lo hace les ayudará a aceptar y acercarse al mundo de sus hijos.
Lo segundo será tratar de cambiar el entorno para que el niño se ajuste mejor. Una vez conseguido esto, la receptividad del niño y su respuesta ante los estímulos empezará a cambiar. Mientras tanto, con ejercicios se intentará ir a la causa de los problemas y se tratarán en profundidad el canal o canales sensoriales deficientes.


CÓMO DIAGNÓSTICAR A UN NIÑO CON DEFICIENCIAS SENSORIALES

Problemas en la escuela.

Los niños con este déficit suelen presentar algunas dificultades en el entorno escolar como las que se exponen a continuación:
·         Problemas en lectura, escritura y aritmética.
·         Dificultad para las relaciones con otros niños.
·         Para el niño es un estrés el estar en el colegio ya que tiene que hacer mucho más esfuerzo que sus compañeros para lograr lo mismo que ellos.
·         Obstáculos en varias tareas como: sostener las tijeras con una mano, no romper la mina de un lápiz, pasar de una actividad a otra etc.
·         Trabas para competir en deportes, prestar atención a la docente o recordar ordenes de dos cosas que se deben  realizar simultáneamente.
·         Mayor distracción con cualquier estímulo ya que su cerebro se sobreestímula y su funcionamiento se altera dando la respuesta con una excesiva actividad. Dicha hiperactividad no es voluntaria ya que es una reacción compulsiva a las sensaciones que el niño es incapaz de anular o de organizar. Esto hace que concentrarse sea una misión imposible.
·         Incapacidad para explicar lo que le pasa y tampoco entiende lo que le pasa.

Todas estas dificultades se resumen en:

Hipersensibilidad al tacto, movimiento, luces o sonidos
Esta hipersensibilidad puede ser manifestada en comportamientos tales como irritabilidad o retirada cuando se le toca, evitar ciertas texturas de ropas o de comidas, distracción, o reacciones de miedo al movimiento en actividades ordinarias, como las actividades típicas de los juegos en los recreos.
Hipo reactividad a la estimulación sensorial
En contraste con los niños hipersensibles, un niño hipo reactivo puede buscar experiencias sensoriales intensas, por ejemplo dar vueltas sobre sí mismo o chocar adrede con los objetos. Algunos niños fluctúan entre los dos extremos de hiper o hipo reactivos.
Nivel de actividad inusualmente alto o bajo
El niño puede estar en movimiento constantemente o, puede ser lento en activarse y fatigarse fácilmente. De nuevo, algunos niños pueden fluctuar de un extremo a otro.
Problemas de coordinación
Los problemas de coordinación se pueden ver en actividades motoras gruesas o finas. Algunos niños pueden tener un equilibrio pobre, mientras que otros tienen gran dificultad en aprender a realizar nuevas tareas que requieren coordinación motora.
 Retraso en el habla, lenguaje, habilidades motoras o  rendimiento académico
Estos signos pueden ser evidentes, ya en preescolar como signos de una integración sensorial deficitaria. En la edad escolar, puede haber problemas en algunas áreas académicas a pesar de una inteligencia normal.
Pobre organización del comportamiento
Los niños pueden ser impulsivos o de fácil distracción y mostrar falta de planeación al  abordar las tareas. Algunos niños tienen dificultad al ajustarse a una nueva situación. Otros pueden reaccionar con frustración, agresión, o huir o rechazar cuando se dan cuenta de que fracasan.
Pobre autoestima
A veces, un niño que experimenta los problemas que acabamos de mencionar, no se siente bastante bien. Un niño listo con estos problemas puede saber que algunas tareas son más difíciles para él que para otros niños, pero puede no saber por qué esto es así. Este niño puede parecer perezoso, aburrido, o desmotivado. Algunos niños pronto encuentran maneras de evitar esas tareas que son duras o embarazosas. Cuando esto ocurre se suele considerar al niño como problemático o testarudo. Cuando un problema es difícil o incomprensible, padres e hijos pueden sentirse, ambos, culpables. La tensión familiar, el pobre autoconcepto, y en general el sentimiento de desesperanza prevalece. Típicamente, un niño con desorden en integración sensorial presentará más de uno de estos signos. Después de unos años el niño ya va tomando conciencia de su déficit ya que aprecia que es distinto de los demás, entonces es primordial que los padres le muestren todo el apoyo posible mediante sensaciones y respuestas adaptativas  y de este modo el niño refuerza su autoestima.

ACTIVIDADES RECOMENDADAS PARA LAS DEFICIENCIAS SENSORIALES

Para poder propiciar  estimular a los niños con deficiencias sensoriales debemos tener en cuenta los objetivos que queremos desarrollar en ellos.
OBJETIVOS DE LAS ACTIVIDADES:
VISTA
OÍDO
TACTO
OLFATO Y GUSTO
·         Fijación y seguimiento. Del objeto
·         Observación
·         Reconocer formas
·         Coord. Ojo-mano
·         Memoria visual
Discriminación de. Sonidos
·         Mantener atención
·         Memoria Auditiva
·         Distinguir
·         Conocer cuerpo
·         Conocer cualidades
·         Formas
·         Memoria Táctil
olores
·         Distinguir sabores
básicos
·         Experimentar
·         Memoria olfativa
y gustativa




Niños hiperauditivos:
Con un niño hiperauditivo, tan sensible al ruido que no consigue filtrar ruidos que normalmente se filtran y que, como consecuencia de ello, se distrae con cualquier cosa y no logra concentrarse, podemos:
  • Utilizar filtros auditivos para reducir su sensibilidad al ruido.
  • Eliminar la visión para mejorar el nivel de atención auditiva del niño, como hablar al niño (o contarle historias) en forma de susurros en una habitación oscura con el objetivo de mejorar su habilidad para escuchar. Oír no quiere decir escuchar. Estos niños oyen correctamente pero no necesariamente escuchan bien, y su habilidad de escuchar puede tener una influencia significativa en el desarrollo del lenguaje.
  • Realizar actividades vestibulares tales como volteretas, croquetas, silla giratoria, etc.

Niños hipoauditivos:
Con un niño hipoauditivo, el cual no recibe con tanta calidad los sonidos que la mayoría percibimos, los ejercicios recomendados son:
  • Juguetes sonoros (cajas con bolitas, bolsa con canicas, etc.). Éstos representan frecuencias acústicas y permite observar a qué tipos de sonidos reacciona el niño.
  • Instrumentos musicales como el xilófono o el pandero permiten realizar sonidos de diferentes frecuencias.
  • Dar palmaditas delante del niño y que luego él reproduzca la misma combinación que ha escuchado.
  • Dejarle notar las vibraciones de unos altavoces cuando suena una música con bastantes contrastes.
  • Permitirle escuchar el sonido que hacen algunos animales u objetos. Grabarlos en una cinta y jugar a identificar los sonidos con las imágenes correspondientes que, previamente, habremos conseguido.
Niños hipervisuales:
Será necesaria una estimulación visual. Ésta se lleva a cabo mediante:
  • Distintos filtros de colores que les ayuden a reducir su sensibilidad a la luz en el papel.
Niños hipovisuales:
  • Ejercicios básicos con luces destinados a estimular la visión del niño. El objetivo de dicha estimulación visual es intentar reducir comportamientos como: constante aleteo de manos delante de los ojos, encender y apagar repetidamente la luz de las habitaciones, balanceos, giros sobre uno mismo y otros comportamientos anómalos relacionados con el movimiento.
  • Es importante señalar que una hipovisión no implica una visión pobre en la que se prescribiría el uso de gafas. Un niño hipovisual puede tener, en términos de medición, una visión correcta.
  • En una habitación oscura, proyectar la luz de una linterna sobre las paredes, el techo, ventanas... y jugar con el niño a atrapar la luz.
  • Ejercicios de optometría.
Niño hipertáctil:

Ante un sentido hipertáctil nuestra forma de contacto físico con el niño debe ser muy cuidadosa. Primero le tocaremos, le abrazaremos y daremos masajes suavemente. A medida que el niño vaya perdiendo miedo a nuestra cercanía y acepte cada vez más nuestro contacto, la hipersensibilidad del niño se irá reduciendo y se irá normalizando

Niño hipotáctil:
  • Los masajes serán la primera forma de estimulación necesaria. Masajes de presión profundos con las manos por todo el cuerpo en especial las extremidades y masajes con vibrador.
  • Estimularemos la sensación de frío y calor utilizando un secador por todo el cuerpo para que aprenda a percibir las diferencias en la temperatura.
  • Lo mismo haremos sumergiéndolo en una bañera con agua fría y luego caliente.
  • Pondremos en la bañera gran cantidad de garbanzos para que pueda tumbarse y masajearse él mismo con ellos. Esto da pie a gran cantidad de juegos que nos permiten masajear zonas como la yema de los dedos, pies, nalgas, etc. que de otra manera costarían más.
Con olfato "hiper":
  • Empezaremos ofreciéndole al niño olores muy suaves que pueda tolerar para, poco a poco, ayudarle a aceptar olores cada vez más fuertes: primero le haremos oler cosas muy suaves como agua, azúcar, mantequilla. Luego pasaremos a olores como fruta, café, carne, etc para acabar con olores más fuertes tipo mostaza, vinagre o perfumes.

Ante un olfato "hipo":
Haremos todo lo contrario a lo anterior:
  • Empezaremos ofreciéndole olores fuertes para gradualmente pasar a olores cada vez más suaves. Utilizaremos jabones, aceites, especias, flores, etc.
  • Podemos pasarle Bits de olores, es decir, cada día ungirle las yemas de los dedos con un concentrado de aroma (en forma de aceite) y permitirle la oportunidad de que se huela cada vez que quiera.
  • También puedes utilizar un "quemador" para ambientar tu casa cada día con un aroma diferente. Estos quemadores se encuentran en cualquier tienda naturista o de regalo, así como los aceites olorosos. Juega a que tu hijo identifique el olor: jazmín, pino, limón, etc.



A un niño con el sentido del gusto "hipo":
  • Le expondremos a todo tipo de sabores fuertes. Estimularemos las áreas de la boca donde se encuentran los receptores del gusto. El orden será de lo más fuerte a lo más suave.

Con el sentido del gusto "hiper":
Haremos todo lo opuesto a lo anterior:
  • Empezaremos ofreciéndole al niño sabores muy suaves para ir, de forma gradual, hacia sabores cada vez más intensos. Las comidas fuertes se darán, al principio, de forma diluida.
Este es sólo un esbozo del tipo de ejercicios que pueden ser recomendados a un niño para ayudarle en su desarrollo neurológico-funcional, ya que a cada niño se le diseña su propio programa con el fin de optimizar el desarrollo y aprendizaje

  
Estimulación del sistema vestibular.

En primer lugar voy a explicar en qué consiste el vértigo paroxístico benigno. Es la causa de vértigo más frecuente en la infancia. Se trata de niños sanos de 1-5 años que presentan bruscamente episodios de pérdida de equilibrio, incapacidad para mantener su postura, con tendencia a prenderse de la persona que está cerca, a agarrarse a muebles, o a adoptar la posición de gateo. Lo habitual es que se muestren atemorizados describiendo lo que les pasa como "la casa se da vueltas" o "me caigo", etc. Estos episodios duran alrededor de 1 min, con inicio y final bruscos. Los niños conservan plenamente la conciencia, sin mostrar somnolencia, y retornan a su actividad inmediatamente. La frecuencia es variable, se repiten a intervalos de semanas. Se desconocen la patogenia o los factores desencadenantes de las crisis del vértigo paroxístico benigno. En general, tienen una evolución espontánea hacia la curación clínica, su intensidad y frecuencia disminuyen hasta desaparecer totalmente hacia la edad escolar (5-7 años).
  A continuación se van a exponer actividades terapéuticas en el contexto de integración sensorial indicadas para el déficit del sistema vestibular en la infancia concretamente para el vértigo paroxístico benigno.
 Los materiales utilizados son: colchonetas.
a.     ACTIVIDAD 1. El gusano.
Se colocan colchonetas de hacer abdominales, apiladas en el suelo todo lo largo que mida el niño, entonces le solicitamos al niño que se tumbe en ellas y le explicamos lo que vamos a hacer que es lo siguiente:
- Serán necesarias como mínimo dos personas porque lo que se va a efectuar es la unión de los lados de las colchonetas para que quede el niño dentro y le envolviese el tubo que se forma con las mismas.

- Una vez que ya tenemos hecho dicho tubo, vamos a intentar balancear de un lado a otro al niño de izquierda a derecha, así favorecemos la estimulación del sistema vestibular y la propiocepción.

- Por supuesto, no debemos olvidar la observación de la comunicación no verbal del niño, ya que puede presentar mareos y signos de fatiga.
- Todo ello se realizará en una sala con música relajante. 
ACTIVIDAD 2. La croqueta.
 - Prosiguiendo con el uso de colchonetas, vamos a proporcionar al niño que desarrolle su pensamiento abstracto y le vamos a pedir que piense que es  una croqueta y que las colchonetas son pan rallado donde tiene que embadurnarse, rodar por ellas como una croqueta para conseguir estar cubierto de ese pan rallado y estar listo para que le echen el huevo.
 - Cuando el niño haya completado la actividad de embadurnación del pan, seguimos con la del huevo que consiste en poner una zona de colchonetas en la cual el niño  realice lo mismo que en la del pan rallado pero esta vez va a haber una terapeuta que haga de tenedor y le proporcione al niño movimientos con sus manos zarandeándolo de un lado a otro, como si le estuviera echando el huevo.
 - Y por último nos quedaría el paso final de la croqueta, que sería  en la sartén para freírle. Entonces para ello le vamos a decir al niño que se ponga de pie e imagine que se está metiendo en la sartén (haciendo un cuadrado con colchonetas en otra zona) y que el aceite empieza a estar cada vez más caliente entonces le decimos: ¿qué hacen las croquetas cuando el aceite está muy caliente? Si vemos que al niño le cuesta contestar le decimos: ¿saltar no?
 - Entonces primero le pedimos que salte despacio imitando el modelo de la terapeuta (ésta va ha hacer saltos de una manera y el niño los tiene que imitar), después cuando la terapeuta considere oportuno dirá que hay que aumentar el ritmo porque cada vez está más caliente el aceite y el niño la seguirá en todo momento. Una vez que la terapeuta crea que ha sido suficiente el ejercicio dirá: ¡A echarse al plato! Y en ese momento será cuando el niño y ella tendrán que caer sobre las colchonetas (de la manera que la terapeuta estime correcto para llamar al sistema vestibular y darle la información necesaria).
 - Toda esta actividad está indicada para niños con problemas en el sistema vestibular, pero se puede trabajar más componentes a la vez para que sea más completa como por ejemplo: pensamiento abstracto, atención, equilibrio, coordinación, propiocepción y  lenguaje.

Estimulación de la propiocepción
  Un ejemplo de patología que afecta a la propiocepción en niños sería por ejemplo el síndrome de Guillain-Barré, que se trata de un trastorno neurológico en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a una parte del sistema nervioso periférico, la mielina, que es la capa aislante que recubre los nervios. Cuando esto sucede, los nervios no pueden enviar las señales de forma eficaz, el daño sensorial se caracteriza por la pérdida de la propiocepción (posición) y arreflexia (Pérdida de reflejos), los músculos pierden su capacidad de responder a las órdenes del encéfalo y éste recibe menos señales sensoriales del resto del cuerpo.
 Ejercicios de estimulación propioceptiva
Juego de la fotocopia: La actividad es de carácter grupal,  la particularidad de la realización de esta actividad se basa en que se debe de hacer por parejas. La actividad consistirá pues en posicionar a los usuarios en parejas, una vez realizado, se procederá cada pareja a colocarse en fila india mirando ambos usuarios hacia delante.   A continuación, se solicita, al  paciente mas posterior, colocarse en una posición determinada la cual se le muestra a través de una tarjeta con un dibujo esquemático de cómo  debe de colocarse.  Una vez colocado en dicha postura, ese mismo paciente deberá de ir dando instrucciones para lograr, que el usuario posicionado delante de él, consiga situarse en la misma posición que su compañero de atrás.   A lo largo de la actividad se irán presentando distintas posiciones con  mayor o menor grado de dificultad.



CONCLUSIONES


·         Los sentidos son la base del aprendizaje y nosotros como docentes debemos conocer el sistema sensorial y sus principales implicaciones en el desarrollo global del niño.

·         La integración Sensorial se desarrolla de forma natural a lo largo de su infancia, a través del sinfín de actividades y estimulaciones que reciben por eso los docentes debemos utilizar al máximo nuestros recursos o materiales para que el niño a través de sus sensaciones por medio la vista, el oído, tacto, gusto, olfato, equilibrio permita la entrada de información para ser procesada,  ejecutar una respuesta y lograr una buena integración sensorial.


·         Todos los docentes tenemos que estar informados sobre los nuevos avances educativos que permitan mejorar el aprendizaje en los niños.

·         Debe existir una buena conexión entre docente y padres de familia que permitan mejorar el ambiente para el niño.


·         Los niños que presentan disfunción en integración sensorial pueden presentar estas conductas: hipo o hiper sensibilidad en algunos sus sentidos o sistema vestibular  o  propiocepción.

·         Se debe observar minuciosamente a cada niño para una oportuna intervención frente a estos casos, teniendo en cuenta los puntos clave vistos en este trabajo.




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